Entre fines de la Edad Media y el siglo XVIII los hombres de Occidente intentaron controlar una enorme cantidad de textos que el libro manuscrito y luego el impreso habían puesto en circulación. Borges –profeta de la red de redes– en La Biblioteca de Babel (1941) dice: “El universo (que otros llaman la Biblioteca) se componte de un número indefinido, y tal vez infinito, de … “. La genialidad de su pluma lo posicionó como el precursor del siglo XXI. Inventariar los títulos, clasificar las obras, dar un destino a los textos, fueron operaciones que posibilitaron el ordenamiento del mundo de lo escrito. De este inmenso trabajo son herederos directos los tiempos contemporáneos. La invención del autor como principio fundamental de designación de textos, las innovaciones en los formatos del libro transforman la relación con los textos y se proponen instaurar un orden. En este orden radica la importancia de la labor del bibliotecario que será capaz de recibir y clasificar los materiales que se editan y reeditan a la vez de asistir a los prosumidores en la búsqueda del material para obtener la o las respuestas más cercanas a sus consultas.
A mitad del siglo XX, el costo de las bibliotecas universitarias aumentaba rápidamente. Se pensó en aplicar los desarrollos informáticos a los procesos repetitivos que se llevaban a cabo en ellas. Una empresa que ha logrado resultados importantes es el desarrollo del formato MARC (MAchine-Readable Cataloguing) que se inició en 1960 como un proyecto piloto de la Library of Congress y dieciséis bibliotecas más. Experimentaron con la redacción de asientos bibliográficos sobre un determinado soporte que le permitiese su interpretación por sistemas automatizados. Un registro MARC es un registro catalográfico legible por máquina, esto significa que los datos contenidos en ese registro pueden ser leídos e interpretados por una computadora. La idea era generar registros compatibles universalmente.
En 1966, a este proyecto piloto se le sumaron las principales bibliotecas europeas y norteamericanas, que recibían como experimento de intercambio de información bibliográfica, las cintas legibles por máquina de la catalogación realizada por la Library of Congress. Este formato estandarizado como toda norma, evoluciona al son de las innovaciones. Lo reconocible es la aceptación mundial que ha tenido, en un principio con la introducción de modificaciones en cada país que lo adoptó, pero a partir de MARC21 con una única norma completa en el ambiente clásico de catalogación.
Para comenzar con el desarrollo de este contenido, leeremos varios textos sobre el formato.
Repasemos la historia del formato a través de la lectura del texto de Belén González: Henriette Avram (1919-2006): el formato MARC y su repercusión en España y realizar una breve síntesis.
MARC es un acrónimo de MAchine Readable Cataloging. Este es un formato automatizado para registrar la información que representa a un registro catalográfico: la catalogación descriptiva, los encabezamientos de materia, de autoridades como puntos de acceso principal y secundarios, los números de clasificación, existencias, etc. Crear estos registros catalográficos legibles por computadora significa que los softwares de gestión de bibliotecas pueden diseñarse para almacenar, buscar y visualizar partes específicas de la información almacenada en ellos.
La Biblioteca del Congreso de EEUU, Library of Congress (LC), desarrolló MARC en la década de 1960, a partir de estudiar la posibilidad de utilizar técnicas automatizadas que faciliten la tarea del catalogador y con ello, del control bibliográfico. Su intención fue desarrollar un formato legible por computadora que pudiera usarse para registros bibliográficos, permitiendo a distintas bibliotecas descargar la catalogación, compartir información y buscar en todas las partes de un registro de catalogación.
Antes de la llegada de MARC, la Biblioteca del Congreso de los EEUU tenía implementado un sistema de impresión y distribución de fichas catalográficas que se había convertido en la principal fuente de registros bibliográficos para las bibliotecas norteamericanas. Estas conformaban sus catálogos a partir de la fichas que les compraban a la LC, asegurándose calidad en la catalogación y a su vez evitaban duplicar tareas.
A medida que se fue aprendiendo más sobre las posibilidades que ofrecían las computadoras, la Biblioteca del Congreso de EEUU consideró que las computadoras eran muy compatibles con la catalogación. Así, en el año 1966 se inició un proyecto piloto, denominado MARC, con el objetivo de distribuir/transmitir semanalmente sus registros bibliográficos a un grupo de bibliotecas en cintas magnéticas, para lo cual fue necesario diseñar un formato bibliográfico: el MARC I. Los primeros resultados recogidos llevaron a la reformulación del formato a MARC II, aunque también conocido como LCMARC, con la flexibilidad necesaria que permitiera servir como formato de intercambio para la diversidad de información bibliográfica disponible. Su objetivo, entonces, fue crear un programa que fuera capaz de codificar toda la información necesaria de un registro de catalogación y poner esa información a disposición de cualquier usuario, poner las fichas de papel en un soporte magnético y compartirlas.
En esos tiempos, otros países también se encontraban trabajando en la búsqueda de un formato que les permitiera transmitir la información bibliográfica. Por ejemplo, Gran Bretaña buscaba automatizar la British National Bibliography. Se abría así la posibilidad de trabajar juntos, norteamericanos y británicos en busca de un formato bibliográfico que pudiera utilizarse a nivel internacional. Pero las divergencias llevaron a que cada uno creara su propio formato: EEUU, MARC II-LCMARC y Gran Bretaña, UKMARC.
Durante la década de 1970 se comienza a trabajar en la compatibilización entre los distintos formatos desarrollados por varios países. Así una sección de la IFLA, la International Federación of Library Associations and Institutions, se encargó de diseñar un formato que facilitara el intercambio internacional de información bibliográfica en forma automatizada en el marco de las agencias internacionales de catalogación. Se lo denominó UNIMARC, UNIversal MARC; fue publicado en 1977 para monografías y en 1980 para materiales no librarios. Está basado en la norma ISO 2709 y en las normas ISBD y ha sido utilizado no sólo como formato de intercambio, sino también de trabajo.
Las existencias de variados formatos llevaron a la necesidad de una armonizarlos. Entonces nace en 1999, MARC 21, no como un nuevo formato, sino como una vuelta a sus orígenes, hacia la unificación, para que el intercambio de información bibliográfica se lleve a cabo de manera más directa. Con el paso del tiempo se han realizado cambios y ajustes al formato intentando reflejar los cambios dispuestos en las nuevas ediciones de las Reglas AACR2, ISBD y ahora RDA, a la vez que a las prácticas actuales y a las necesidades de las bibliotecas.
En el canal de Youtube Bibliotecno, la Cátedra ha elaborado la serie Proceso técnicos MARC21 para acercar los contenidos del formato.
Canal Bibliotecno en Youtube de la Cátedra
Otros recursos web que nos acompañarán en nuestro aprendizaje